El Almadén: la escuela de teatro de Marlon Brando en Madrid

Una clase de Marilyn en el Actor Studio de Nueva York

¿Quién no sueña con ser tan buen actor como los grandes de Hollywood de todos los tiempos? Pues si Marlon Brando o Marilyn Monroe vivieran ahora en Madrid, probablemente serían alumnos de la escuela de teatro El Almadén (Calle Hospital, 2). Su fundador y director, Jordi David, utiliza el conocido (entre los frikis del teatro como yo) método Stanislavsky-Strasberg de interpretación, aquel cuyos pilares son la naturalidad y la coherencia en la construcción de los personajes, el mismo que han aprendido desde Steve McQueen y Paul Newman hasta Sylvester Stallone (con resultados un tanto desiguales)

Jordi David, fundador de El Almaden, con atrezzo

¿Y esto qué significa? Básicamente, es eso que piensas cuando ves a alguien en la gran pantalla o en un escenario: «esto que me está contando melocreo-nomelocreo«. Para David, el método «es un sistema muy práctico para mejorar la calidad de los trabajos actorales y en España, no es tan hegemónico». El método, dice David, «es naturalidad y se ven trabajos falsos entre los actores españoles, no están asentadas estas enseñanzas», asegura. Vio un hueco y abrió, en la calle Almaden primero, Hospital llegó después.

Sentada en el aula grande, mi conversación con David se ve interrumpida por un goteo constante de alumnos, curiosos y gente interesada en sus clases. No son sólo de teatro, hay de canto, de danza o de voz y técnicas expresivas. Su proyecto personal ha encontrado «un grupo de profesionales que actúan como cómplices», dice David, y completan la oferta de El Almadén. «Antes se nos acercaban grupos de gente más alternativa. Hoy, hay gente de todo tipo, es más generalizado. Es muy positivo para la formación, gana en puntos de vista», afirma el fundador.

Un detalle de El Almadén

En las clases de teatro, el perfil es muy variado. Hay actividades para niños desde los tres años y han tenido alumnos de más de 60 años. «La disciplina teatral que enseñamos es totalmente efectiva para aquellas personas que quieren darle un uso artístico y profesional pero también para la gente que necesita ganar en expresividad para su trabajo (docentes, comerciales, abogados)», explica David. También hay alumnos que se acercan para hacer terapia a través del teatro, es decir, para explorar nuevas potencialidades de su personalidad o para romper con clichés.

«La calidad del alumnado ha mejorado mucho. Incluso entre los adolescentes, su respuesta es mejor. Los alumnos están más informados y más interesados», se alegra David. El dueño de El Almadén confiesa que el sistema «es puntilloso y muy perfeccionista» y que la gente «se pica mucho entre ellos, se engancha, se estimula». David dice que Almaden significa «mina de metal». «Es una metáfora bonita. Buscar, como en una mina, el corazón del metal, su alma», afirma.

Además de las clases regulares, los profesores crean proyectos especiales a medida para empresas o colectivos para los que pueda ser interesante.

En cuanto a precio, el estándar está en 90 euros el curso regular pero hay opciones de todos los precios, desde probar una clase gratuitamente o hacer un curso por 40 euros hasta formatos de horarios combinados que suben hasta los 220 euros.

Yo no dejo de cotillear periódicamente la página web para soñar con apuntarme en la próxima fecha disponible. Siempre surge algo, claro, pero es un deseo que no me abandona. ¿Qué tal un curso de teatro para vosotros o para los niños como propósito del curso nuevo?

El Almadén. Calle Hospital, 2. 914293704. info@elalmaden.

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