Santa Kafeina: patrona del café de especialidad
Santa Kafeina es una divina cafetería de Chamberí que sirve café de especialidad y unos dulces caseros como para resucitar. Un rincón regentado por dos ortodoxos de este sagrado brebaje. Oremos: Ave Kafeina, llena eres de gracia, el aroma es contigo, bendita tú eres entre todas las bebidas y bendito es el fruto de tu vientre, café.
Blasfemias al margen, Santa Kafeina es la aventura personal de Jessica y Javier, un par de venezolanos muy emprendedores. “Todo surgió cuando probamos el auténtico café de especialidad. Surgió como un hobbie pero nos volvimos locos”, cuenta Javier. Él trabajaba en un librería en Caracas. Allí se conocieron antes de salir del país para emprender su particular peregrinación cafetera.
El café de especialidad es una meticulosa selección de granos de alta calidad, trazables, tostados con mucho amor, de forma artesanal, y que después se preparan con particular cuidado por un barista. Representa un ínfimo porcentaje de la producción mundial y es tendencia en Madrid. Lo puedes catar en el cuco templo de Santa Kafeina.
Los madrileños “toman un mal café, torrefacto, que les sienta mal. No entienden la razón y no hacen nada por cambiarlo”, explica Javier. El torrefacto viene a ser el Judas del café, el traidor carbonizado con azúcar. ¿Por qué se sigue consumiendo este brebaje de posguerra? Porque el coste de un mismo café tostado sin azúcar y con azúcar baja entre un 8% y un 12% si es de tueste torrefacto. Lo malo: enmascara los defectos y traiciona la calidad del café.
Santa Kafeina: rico café de especialidad
“Cuando tomas un café tienes que entender por qué sabe de una forma, a qué se debe su aroma o qué son esos sabores nuevos que llenan tu boca. Cómo y dónde se cultivó, tostó y preparó ese café”, predica Javier. “Con el café de especialidad y un buen barista puedes hacerlo. Hay que dar más opciones al consumidor y que conozca el café de verdad”.
A nosotros nos encanta conocer divinidades cafeteras y más si es en un templo acogedor como el de Santa Kafeina. La clientela es muy variada: paseantes que se llevan un take away, un matrimonio del barrio que está descubriendo el buen café en su jubilación, oficinistas en su descanso a la hora del Ángelus, una clienta habitual que pide “algo nuevo que me recomiendes”…
Una parte importante de la misión sagrada de Javier y Jessica es educar al feligrés consumidor. “Primero preguntamos los gustos de cada uno, sus preferencias, si conoce o no el café de especialidad y qué le gustaría saborear. Queremos entender primero y después recomendar alguna variedad”, dice Jessica.
Hemos probado varios cafés de variedad arábica y estamos tan tranquilos. El ritual de la patrona es sacro: 20 gramos de grano por cada taza para el doble expresso, molidos delante de nuestras napias y preparados con estricto control de la temperatura, la presión y el tiempo de extracción. Con agua del Canal, que estamos en Madrid, maja.
El café de Santa Kafeina se puede acompañar con una muy apetecible (a la vista y al gusto) variedad de dulces y bizcochos caseros que preparan Jessica y Javier. Los donuts son una pasada muy pecadora. También hay selección de salados con pan elaborado en casa. Nos quedamos sin probarlos y nos arrepentimos. Mea culpa, mea maxima culpa.
En resumen: si andas falto de fe, bajo de energía o quieres cruzar el Mar Rojo en busca de nuevas experiencias, vente a rezar a Santa Kafeina. Luego, si eso, nos dejas unas blasfemias en los comentarios. Amén.
Los datos. Santa Kafeina. Viriato, 37. Lunes a viernes de 8:00 a 19:30. Sábado de 9:30 a 18:00. Web.
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